martes, 16 de septiembre de 2014

LA TORRE DE LA DISCORDIA

Todo empieza a estar consumado. Con el desmontaje de la grúa más alta, la construcción de la Torre Pelli ha entrado en su fase final. Se verifica así lo que muchas personas sensatas y con conocimiento de causa catalogan como un despropósito.
A lo largo de los últimos años, en las entrevistas que publico cada domingo en las páginas locales del diario El Mundo de Andalucía, he interrogado a muchas personalidades de la ciudad sobre este asunto. Y aunque reconozco que algunas de ellas se mostraban a favor de la construcción del edificio, debo reconocer que la mayoría estaba radicalmente en contra. Por cierto que de esa mayoría formaban parte las personas que me ofrecían más crédito. A continuación, extractadas, ofrezco algunas de esas opiniones. Ruego asimismo que ustedes, los lectores de este blog, también participen con su opinión en este debate.

Muchas gracias.




Aspecto actual de la Torre Pelli. (foto El Correo de Andalucía)






Vicente Lleó. Catedrático de Historia del Arte.

'En España siempre se dijo que las tres primeras ciudades eran Madrid, Barcelona y Sevilla. Y Sevilla, arrastrando un aire de grandeza lastimera, ha buscado muchas veces de un modo espasmódico recuperar el protagonismo perdido. Claro eso se hace en una sociedad muy inculta y, lo que es peor, con unos gobernantes enormemente incultos que son capaces de proponer los mayores disparates del mundo a una sociedad embotada, totalmente carente de sensibilidad, a la que todo le da igual. Si mañana dicen que se va a sustituir la Giralda por una torre de metacrilato más moderna, dirá que le parece muy bien. Estoy convencido'.


Fernando Mendoza. Arquitecto.

'Es el síntoma de una sociedad enferma. Que un grupo de amiguetes con poder político y económico puedan construir una cosa que no estaba prevista  ni en el Plan General, ni en la legislación de paisaje, ni en la legislación de Patrimonio Histórico ni en ningún lado… es un abuso de poder, claramente. Será el símbolo de una época, la del pelotazo, que ha hecho mucho daño y ha destrozado tanto como el tardofranquismo'.


Manuel del Valle Arévalo. Ex alcalde de Sevilla.

Esa torre en ese sitio crea una serie de problemas que urbanísticamente no están resueltos. A mí, lo de la altura… hombre me parece de mal gusto tener una torre así, aislada… otra cosa es cuando forma parte de un conjunto de edificios, como las torres de la Castellana en Madrid. La torre Pelli puede que sea un buen edificio, pero urbanísticamente crea una serie de problemas: el tráfico, su relación con el resto de los edificios de la Cartuja, y esas cosas hay que pensarlas antes’.




José María Cabeza. Aparejador y ex director del Alcázar.

Es algo que está a destiempo, no estamos en la época de los rascacielos. Y donde se están haciendo, son de cuatrocientos metros de altura. Aparte, ese edificio está modificando innecesariamente la silueta de Sevilla. Y lo hace solamente por la arrogancia del poder económico, que es lo triste. Hablamos cada vez más de los aspectos sociales y humanos, pero el capital es mucho más potente. Que una entidad como una caja de ahorros, cuyos fines son sociales, se dedique a hacer una obra como ésta... una obra innecesaria, porque ¿quién se la ha pedido?


Víctor Pérez Escolano. Arquitecto y ex concejal del Ayuntamiento de Sevilla.
'Me parece que no sólo no hacía ninguna falta, sino que va a generar problemas, y no sólo del paisaje, también de tráfico importantes. A mí me parece que no era necesario hacer una torre de esa dimensión, ni ahí ni en ninguna otra parte del centro de la ciudad, que es lo que en definitiva es la Cartuja. Otra cosa sería en otra parte del entorno metropolitano, desgraciadamente ya desbocado, donde pudiera localizarse un centro de negocios. Pero además, es que en mi opinión el procedimiento es fallido. Jurgën, el de la Encarnación, es un joven arquitecto berlinés que si en el futuro se consolida como una gran figura, Sevilla podrá decir que ayudó a su lanzamiento. Pero la corporación de Pelli, que es una persona muy mayor, es una gran fábrica de proyectos que hace muchos edificios de este tipo en distintas partes del mundo. La torre Pelli pertenece a un capitulo anterior de la historia de la Arquitectura. Cuando se inaugure esta obra probablemente podrá tener calidad de ejecución, pero desde un punto de vista visual habrá quien al datarlo dirá que es de 1989'.



José García-Tapial. Arquitecto, ex jefe de Planeamiento de Urbanismo.

'El caso de la Torre Cajasol es realmente grave porque una cosa es destruir espacios o edificios significativos, cuya repercusión se limita al fin y al cabo al propio ámbito de una calle o una plaza, y otra cosa es destruir una imagen simbólica de la ciudad que se viene manteniendo desde el siglo XVI. Además, haciéndolo de una forma muy gratuita, porque no responde a una auténtica necesidad, sino a un deseo de alzar un hito, hacer un icono, en contra además de todas las teorías arquitectónicas y urbanísticas vigentes, incluso de las extra arquitectónicas, como es el tema de la sostenibilidad, que ahora mismo es una bandera que enarbolan no sólo los técnicos sino sobre todo los políticos, con un edificio tan poco sostenible como un rascacielos'.


José Merino. Catedrático de Ecología de la Universidad P. Olavide

'Un edificio de tal calibre es poco sostenible porque siempre que se produce una concentración alta del uso de recursos, automática e inevitablemente, por un principio de organización, estos se utilizan de manera ineficiente. O sea, que, de entrada, en el aspecto de sostenibilidad, la cosa está bastante mal para la Torre Pelli'.


Daniel Martínez. Publicista.

'El problema de la Torre Pelli es que hay otra igual en Bilbao. Y los de allí siempre podrán decir que la suya fue la primera'.


Antonio Sáseta. Arquitecto.

La Torre Pelli es un infame negocio inmobiliario del peor estilo.’


Juan Carlos Arañó. Catedrático de Didáctica de la Expresión Plástica.

'¿Las setas nuestro Guggenheim? Hombre, por Dios. No se puede ni comparar. Y mucho menos, la Torre Pelli. Esa es la modernidad de los pobres. Una modernidad de tercera división. Ni siquiera de segunda. Si querían hacer algo importante deberían haber traído a Frank Gehry, pero cuesta dinero. Por eso apuestan por proyectos cutres que si van a enriquecer a alguien no es precisamente al patrimonio de la ciudad'.


Jaime López de Asiaín. Arquitecto.

‘Esto de la torre Pelli se está convirtiendo en una carrera contrarreloj para ver quién gana más dinero, que no va a ser Cajasol, eh? Cajasol se va a arruinar con esto. Ellos mismos dicen que no se ocupará del todo hasta el año 2025. Cualquiera que haga números, sabiendo la cantidad de edificios de oficinas que están vacíos por la crisis, comprenderá que eso va a ser una ruina. Porque, además, hoy en día, la oficina propiamente dicha no hace falta. La gente trabaja con un ordenador y eso se puede hacer en casa. Un espacio para oficinas sólo lo necesita una empresa que sea muy fuerte o una entidad oficial. Sí, esa torre va a ser una auténtica ruina, aparte de que es un disparate de edificio’.



Ventura Galera. Arquitecto.

'Catetos son los que piensan que la modernidad es hacer un rascacielos de ciento ochenta metros, que a escala de los que se están haciendo ahora es totalmente mediocre. Los últimos que se han hecho en Asia van por ochocientos y pico metros. Si es por altura no vamos en vanguardia y si es por calidad del edificio, tampoco. Porque ese tipo de rascacielos está repetido mil veces en todas partes. ¿Dónde está la modernidad? En ciudades serias no se hacen rascacielos. Y menos en zonas centrales'.




Jacobo Cortines. Escritor

'La propia izquierda salió diciendo que al fin se ha hecho justicia cuando se dio vía libre a la Torre Pelli. Si los teóricos marxistas defienden algo que responde al capitalismo más salvaje, creo que está dicho todo'.

'(Zoido) Me ha decepcionado. Pero absolutamente. Lo digo así. Estoy profundamente decepcionado con la actitud del alcalde. Creo que debía haber sido otra. Y ya cuando he visto en la prensa que va a haber una comisión para reducir el impacto visual de la torre... ¿cómo se puede hacer eso, de qué manera, sacándonos los ojos? Me parece una perversión.




Ignacio Medina. Duque de Segorbe.

El proyecto de la Torre Pelli me parece que es jugar a ricos. Que una caja, que ya veremos en qué situación está, se dedique a hacer un minirrascacielos rompiendo la silueta de la ciudad me parece absurdo’.



Juan Pedro Alvarez. Presidente del Banco de Alimentos de Sevilla

La Torre Pelli, en estos momentos, no tiene sentido. Primero, no sé si Cajasol tiene músculo suficiente para financiar su construcción. Según mis noticias, no va a encontrar fácilmente esa financiación fuera de la propia caja. En segundo lugar, aunque pudiera hacerla, Cajasol no ocuparía la totalidad de la torre, y en este momento no creo que hubiera muchas empresas que pudieran alquilarla y hacerla rentable. Si a todo ello se le une la polémica patrimonial que suscita, creo que no es ni el mejor momento ni el mejor proyecto’.


Juan Valdés. Pintor.

No me gusta porque Sevilla es una ciudad horizontal y eso no deja de ser un pellizco en su homogeneidad. Además, es una copia de cosas que se están haciendo por ahí. ¿Por qué en altura? ¿No se puede hacer eso mismo a lo ancho? Pero como ahí hay intereses comerciales y hay dinero de por medio… pues nos la vamos a tragar también’.


Basilio Moreno. Presidente de la asociación 'Retiro Obrero'.

'Con relación a la Torre Pelli, más que en el impacto que pueda tener en el paisaje de Sevilla, yo haría hincapié en su ilegalidad. Cada día se ven más claros los acuerdos por debajo de la mesa y las irregularidades que supone dentro del Plan General de Ordenación Urbanística'.



Ismael Yebra. Médico y escritor.

'Las setas o la Torre Pelli son sólo dos de los muchos engendros que tiene esta ciudad, a la que le pasa una cosa que yo siempre digo: tiene muchos novios, muchos amantes, pero nadie que quiera casarse con ella'.


Diego de los Santos. Ex diputado andalucista.

‘Tenemos la suerte de contar con una ciudad barroca de una calidad y una extensión como no hay otra en Europa. Qué venga aquí una serie de gente a intentar modernizarnos horteramente con las setas y con la Torre Pelli… lo de horterada tal vez sea un calificativo demasiado suave para lo que se ha hecho aquí’.


Enrique Valdivieso. Catedrático de Historia del Arte.

'Sevilla ha tenido como prurito siempre no construir nada por encima de la Giralda. Sevilla no necesita rascacielos. Ya se ha demostrado que no son precisamente una bendición, sino un peligro. Son muy frágiles y además complican el entorno porque a su alrededor siempre hay cientos de coches que quieren aparcar y miles de personas que se mueven. Pero en la nueva mentalidad esto quiere parecerse a Chicago o Tokio aunque no tengamos necesidad de ello'.



Antonio Cruz. Arquitecto.

'A mí me gustaría que alguien me explicara qué necesidad hay; ésa sería la primera pregunta. Si hay empresas sevillanas que necesitan ese edificio. Y ¿un icono de la modernidad…? Bueno. Es una torre, circular o elíptica. ¿Es eso la modernidad? ¿Simplemente por el hecho de tener cerca de doscientos metros eso es moderno?'


Aquilino Duque. Escritor.

'Yo, como soy un reaccionario, tengo derecho a que no me gusten las setas ni la Torre Pelli, pero tampoco voy a hacer una cuestión de gabinete por eso. Mal gusto hay en todas las épocas y en todas las ciudades. Unas conservan el tipo mejor que otras'.


Rafael Choza. Arquitecto, autor del proyecto Torneo Parque Empresarial.

Hay gente muy próxima a mí que me dice que en Sevilla somos unos catetos, que por qué no vamos a hacer edificios altos si Sevilla es una ciudad grande. Sevilla es una ciudad grande, pero con mayúsculas. Sevilla es una ciudad grande no porque tenga setecientos mil habitantes. Y no le hace falta una torre. Yo no veo una torre ahí porque aquello va a ser, entre otras cosas, un problema de tráfico importante. En este momento, en el que hay oficinas vacías a manta, por qué hacer una torre así de grande. Yo no lo entiendo’.


Rafael Valencia. Arabista y director de la Academia de Buenas Letras.

'Yo estoy a favor de que se haga (la Torre Pelli), pero de otra manera. Tres pisos hacia arriba y cuarenta y ocho pisos hacia abajo, de modo que hubiera aparcamiento para una ciudad de diez millones de habitantes. Según mi alcalde, soy muy antiguo'. 



Jorge Palma. Biólogo y presidente de la Asociación Ben Baso.

'Parece como si hubiera una carrera para ver quien consigue un hito arquitectónico más llamativo, quizá por ese afán de perpetuarse en la Historia, de dejar la huella. En Sevilla, una ciudad de tipo mediterráneo donde el caserío está muy equilibrado, no tiene mucho sentido. No viene a cubrir ninguna necesidad, sino más bien a crear problemas nuevos, como el de la accesibilidad a algunas zonas de la ciudad. Además, un rascacielos consume mucha energía y encima rompe el paisaje. Ese proyecto no piensa en el ciudadano'.


Luis Gómez Estern. Arquitecto.

La Torre Pelli es un edificio moderno, un rascacielos pequeño, que no está mal, pero está demasiado cerca del centro. Un edificio así no se habría podido construir ni Copenhague, ni en Washington, donde ningún edificio puede ser más alto que el Capitolio, ni, por supuesto, en Florencia ni Venecia. Ni siquiera en Londres, donde hay rascacielos, pero también normas muy estrictas para que no tapen determinados monumentos. La Torre Pelli tapa la Giralda y también, desde el otro lado, le sirve de telón, haciendo invisible su remate’.


Claudia Zavaleta, Arquitecta.
‘La Torre Pelli no es que me parezca un desatino, me parece una estupidez. Es peor todavía, porque entra en el terreno de lo no pensado suficientemente, de la frivolidad si lo prefiere’.


Manuel Alejandro Cardenete. Economista.
En Bilbao hay una torre muy parecida, la torre Iberdrola, que también fue muy criticada. Ya está terminada, pero está prácticamente vacía. Caixabank tiene un papelón con la torre Pelli, que es más alta que la Iberdrola, porque llenarla va a ser prácticamente imposible. La torre fue otra genialidad de una caja de ahorros dominada por unos políticos que se meten a gestionar lo que no saben. Porque se decidió hacer la torre cuando la crisis estaba encima y se sabía que eso iba a ser absolutamente para nada.


Joaquín Moeckel. Abogado.
El tema de la Torre Pelli; resulta que después de haber dicho que eso hay que tirarlo, ahora me voy a la Unesco a defenderlo. Un desdoble de personalidad (de Zoido) que a mí me vuelve loco. ¿Qué ha pasado? Pues lo que todo el mundo sabe, que una cosa es ejercer la oposición y otra el poder. Eso sí, hay gente que sí toma decisiones. Monteseirín nada más llegar acabó de un plumazo con el proyecto de Becerril de hacer un edificio municipal en el Prado. Esos gestos le llegan al votante.


José Antonio Solís Burgos. Ex presidente del Colegio de Aparejadores.
La torre Pelli será una más y habrá otras torres, no me cabe la menor duda. La única duda importante que tengo es si la torre es rentable desde el punto de vista económico, aunque supongo que La Caixa, que la ha asumido, sabrá lo que hace.


Juan Carlos Aguilar. Abogado y ex diputado andalucista.
Desde el punto de vista jurídico, diga lo que diga el actual alcalde, que no es quien la hizo pero la está asumiendo, no es legal. Las licencias que se le han concedido son claramente ilegales porque infringen el plan general de ordenación urbana, que no permite esa edificación. Se han amparado en el plan especial, pero el plan especial no puede ir en contra del plan general. Además, en el mismo plan especial la torre está camuflada. Sólo en un artículo se habla de un edificio de cincuenta plantas que fuera una propuesta arquitectónica de calidad; identificando calidad con altura, cosa que es discutible.


Angel Díaz del Río. Decano del Colegio de Arquitectos
‘Si es legal o no, no lo sé porque no he visto el expediente. Lo que sí es cierto es que, desde un punto de vista urbanístico, no tiene sentido hacer una torre de doscientos metros en Sevilla. Desde los años noventa, la Junta de Andalucía ya dijo que en Sevilla más de cinco plantas como que no. Y en esa zona está precisamente establecido ese parámetro. Es el que hay en la Cartuja.  La gran pregunta es qué aporta a la ciudad. La Encarnación, incluso por la polémica que genera, puede aportar un atractivo turístico, pero la Torre Pelli no sé qué aporta. Yo creo que nada. Y, desde luego, no se puede poner ni siquiera en riesgo de correr peligro el patrimonio de la ciudad. En puro urbanismo, Ley del Suelo y reglamentos, la Torre Pelli no tiene cabida’.


Isidoro Moreno. Antropólogo.
‘En la torre Pelli, que yo prefiero llamar Cajasol, tanto el señor Monteseirín como el señor Pulido (presidente de Cajasol) lo que quieren es hacerse su propio panteón, su particular Valle de los Caídos’.


Enrique Pavón. Derribista.
¿Que qué me gustaría tirar?  La Torre Pelli esa que están haciendo. No me gusta nada. Ni el sitio, ni la torre ni nada. Además, veo absurdo que un banco que además me parece que no tiene mucho dinero, en vez de prestarle dinero a los industriales para que creen puestos de trabajo, se meta en eso para hacer oficinas. ¡Pero si hay en San Jerónimo yo qué sé cuantas torres con dos mil quinientas oficinas que están vacías!


Continuará...

3 comentarios:

  1. Es un despropósito sin medida, desde el punto de vista económico y estético. Nos ha creado una desazón que no se nos puede ya borrar.

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  2. http://miflamencoymipoesia.blogspot.com.es/2014/11/torre-que-apunala-nuestro-cielo.html

    Enhorabuena por el blog, un saludo.

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  3. Pues a mi, me gusta esa torre. Sobre todo cuando cambia la luz al atardecer y el edificio parece tomar vida propia. Otra cosa es discutir sobre su idoneidad.

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